jueves, noviembre 06, 2008

DESAPARICIÓN

Lo tengo decidido. Voy a desaparecer. Pero, no. No huiré a los Mares del Sur abandonando mi fortuna, el asfalto, y la lluvia pertinaz. No. Simplemente desapareceré. Puf, sin más.

Lo malo es que desaparecer de golpe es demasiado llamativo. Alguien podría preguntar por mí y asustarse al no encontrarme. Mi habitación vacía, el teléfono sonando sin respuesta. No. Se podría armar una algarabía incómoda para muchos. La policía buscándome, mis allegados llorándome. No, no, eso no. Demasiado melodramático para mi gusto.

Pienso desaparecer poco a poco, ante la mirada de todo el mundo, que contemplará mi disolución sin darse cuenta y sin posibilidad, por tanto, de intervención.

Por de pronto ya ando mermándome poco a poco. Mis pantalones empiezan a notar ciertas ausencias, un algo que falta, un algo que no los llena como antaño. Mis gafas se me deslizan por la nariz más de lo habitual y tampoco comprenden el motivo. Andan las camisas holgadas, volátiles, como prendas vaporosas cuando fueron ajustados corsés repletos de carnes rollizas no hace mucho.

Será un proceso muy lento. Lo sé. Tal vez tarde toda la vida. Pero no tengo prisa. Soy paciente. 

Al final lo lograré. Desapareceré sin que nadie se dé cuenta. 

Un día llegará, en que mis ancianos y diminutos restos, apenas perceptibles ya, se disiparán definitivamente y mi interlocutor dudará un momento ¿pero... no estaba yo hablando con alguien? Bah, imaginaciones mías. 

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