jueves, octubre 05, 2006
Cada dos por tres me estoy enamorando. Y es agotador. No crean que esta propensión mía es fácil de llevar ni que tiene menos sufrimiento por serme habitual. Que no... que no... que es de gravedad insostenible. Gracias a Dios, me da por el platonismo, lo que me ahorra tiempo. Así, puedo ver la televisión y preparar la comida (eso a lo que yo llamo comida) mientras oigo música celestial, tronos y querubes a ritmo de jazz. O ir en en el autobús urbano y mientras veo los arbolitos pasar imaginarme al objeto de mis desvelos entre los aires de otoño que mecen las ramas. Todo me queda pasteloso pero me permite hacer varias cosas a la vez, siempre presente con casa asístole, en cada diástole, el ser de mis suspiros. Y, además, me da cierto toque risueño que si bien a muchos incomoda, a otros desagrada, y la mayoría ignora, alguno hay a quien alegra el día.
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