martes, abril 01, 2008

¿Quién va a ser el guapo que me obligue a poner un título?

24 enero 

Ah... Por fin un día de buen humor. Voy a terminar suponiendo que las crisis me vienen y se me van (veeeeeete de mí), igual que los catarros: Sin que alcance a saber por qué, ni cómo. Esta vez a sido la de los Treinta. Recién abandonado el trauma provocado por la salida del útero materno y caigo en la autocompasión característica de los nacidos bajo el signo de la Democracia. Ahora he de prepararme para la de los Cuarenta. A ésta le daré un sentido bíblico, para hacerla aún más dramática. Empezaré por sentirme elegida por la Desgracia, erinia persecutora, para finalizar con un resurgimiento que debo aún determinar, pero que sin duda tendrá que ver con La Tierra Prometida. Prometo que será el nombre que otorgaré al Salvador, en plan alegórico. Habré yo también de metaforizarme y no sé aún si en leche, o miel. Manaré, en cualquier caso.

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