Quiero volverme minimalista. Nada de barroquismos. Yo me como las plazas mayores de Salamana y las fachadas del Obradoiro. No quiero ser funcional. Sólo quiero no ser. No estar. Desaparecer, como la bruja del norte, al contacto con el agua.
Qué llueva, qué llueva, la Virgen de la Cueva...
La cueva... Sí. Será suficiente. Aquí me quedo.
miércoles, julio 11, 2007
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