Esto ya es bastante complicado por sí mismo. Ya me cuesta escribir normalmente como para que ahora la máquina se me tuerza rebelde y no cumpla mis designios.
¿Me escuchas? Soy tu Dios, y si te digo que publiques con mi dedo omnímodo no ha lugar la desobediciencia.
¡Publica! o padecerás los rigores de mi ira¡
Publica! o desaparece para siempre, muere.
¡Publica! porque es mi deseo y no a otra cosa has venido a este mundo sino a satisfacerme.
¡Publica! pública.
miércoles, julio 11, 2007
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