Remedios no tienen remedio. Ni sabe remendar barcos. Remedios no tiene remedios baratos. Una pena esta Remedios. A veces... dan ganas de ampararla, cuando corre bajo la lluvia bajo mil bártulos inservibles. Pero ¿a dónde va tan cargada?. Remedios, le gritaría yo, ven que tengo paraguas. Pero ella no se da cuenta, o hace que no se da cuenta.
He oído decir, que es una desagradecida, y aunque no me gusta fiarme de los rumores he de confesar que, esta vez, algo me han influído. No me atrevo a invitarla a un café, por lo que pudiera pasar. Un desaire o, aún peor, una conversación aburrida.
Pero... da tanta pena. Mal sentimiento éste, que esconde el desprecio más injusto. Un saludo Remedios, le grité un día. Y me lo devolvió automáticamente, sin reconocerme.
lunes, octubre 23, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Yo le lanzaría una sonrisa (sincera, aunque con un poco de miedo, la verdad) a ver cómo reacciona.
Publicar un comentario