Se dice de los hombres que piensan con la polla. Que como la sangre que de normal debería circular por sus cuerpos se acumula sólo y exclusivamente en los cavernosos no tienen riego en la cabeza. Y así se disculpan sus acciones y su falta de corazón.
Las mujeres queremos ser hombres, es decir, arrancarnos el sentimiento. Tal vez sea posible, sí, sin necesidad de hacernos un agujero en el pecho ¿Y si nos concentramos muy fuerte en enviar la sangre de nuestra masa gris a nuestro sexo, como los hombres? ¿Eh? Venga, intentémoslo: Oh, vaya... me ha venido la regla.
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