miércoles, diciembre 24, 2008

Los leones de Bagdad

Los leones de Bagdad, [Barcelona], Planeta de Agostini, 2007


Si alguno de ustedes guiado por el renombre del guionista “... uno de los autore de novelas gráficas estadounidenses más aclamados por la crítica... “ que “... ha demostrado comprender el precio de la supervivencia y los matices políticos del mundo moderno...” (ahí es nada), o llevado por lo sugestivo del tema “inspirado en hechos reales. Una visión inquietantemente original de la vida en las calles de Bagdad durante la guerra de Irak”, piensa en hacerse con la obra y disfrutarla, y le jode que le destripen la trama, pare de leer. 


Porque yo no pienso cortarme un pelo. 


Sí. Va de leones. Con un dibujo que deja ver los trazos, pseudoabocetado, que no por realista resta capacidad de expresión a los animalicos en cuestión. Nada nuevo bajo el sol. Recuérdese El Rey León, de Walt Disney, dibujo animado que ya logra este efecto, y júzguese en consecuencia. 

Va de leones y otros animales que hablan entre sí. Se relacionan como seres humanos. Hay un cachorrito iluso y tierno, un León algo cínico, una leona idealista y otra, anciana experimentada, desencantada de la vida. Un cuarteto algo infantiloide a primera vista.  Pero es que es difícil sustraerse de la larga sombra de la producción de Disney, que tanto daño ha hecho a nuestros reblandecidos cerebros. 


Tiempo al tiempo y pronto aparecerán rasgos de cierta originalidad sustentados en referencias claramente adultas. Cuando la vieja Safa recuerda sus tiempos en la selva en prueba del bienestar que proporciona el Zoológico, acude la tormentosa imagen de una violación. No sé si a las leonas se las puede violar, pero puedo asegurarles que en este caso se asiste a la escena con el asco y la impotencia que proyecta el acto humano. Igualmente cuando la guerrillera Noor requiere al macho de la manada Zill para que “la tome”, acto marcadamente animal, la figuración es la de una pelandusca con ganas de guerra a la que el varón rampante no puede dejar de satisfacer. Atendiendo a que también para la descripción de toda la gama de actos amorosos recurrimos habitualmente a metáforas animales, comprendemos sin grandes esfuerzos la escena. 


Por lo demás, nuestros héroes, cada uno dentro de un rol marcadamente clásico, lucirá sus caracteres con elegancia. 

El pequeño Alí hará continuada gala de su infantil inocencia en busca del nunca antes visto horizonte. 

El cínico Zill evolucionará hacia la valentía, dentro de la más antigua tradición del antihéreo (v. gr. Han Solo). 

La luchadora Noor, también en el papel estipulado, tendrá numerosas dudas en su búsqueda de la libertad (desde Hamlet hasta nuestros días la ficción está repleta de personajes que terminan cuestionándose la finalidad de sus medios)

Y por último la experimentada Safa, ejercerá de voz ronca de la conciencia (como el abuelo gruñón que siempre tiene razón, ¡Pedro y el Lobo! ¡Heidi! y cuántos más...)


Así que al que guste de la más antigua tradición narrativa del cómic, encontrará aquí todos los ingredientes. 


Personalmente me quedo con la magnífica capacidad de trasmitir la incomprensión del mundo circundante que ha logrado esta novela gráfica. 


Los leones del Zoo de Bagdad, no son capaces de asumir en su totalidad el aciago panorama que se abre tras la caída del muro que les separa de la libertad. Una libertad anhelada pero temida, en pleno escenario bélico. Recibirán noticias de cosas que ocurren o que ocurrirán con estupefacción. Intentarán recuperar su instinto de supervivencia en el peor de los momentos. 

Desde nuestro punto de vista, el del todo poderoso guardián, su imposibilidad de entender nos devuelve la humildad que nunca debimos de perder, si es que alguna vez la tuvimos. 

Nosotros somos los leones del Zoo de algún Dios que huye de los bombardeos. 

Nueva etiqueta: Cuidado que... ¡Te veo!

Estimados conciudadanos, en mi incomprensible afán por engrosar este mi blog abro una nueva etiqueta. "Cuidado que... ¡Te veo!" englobará aquellas entradas en las que me pongo a hablar sobre cómics. Soy, esta vez, más atrevida que nunca, porque les puedo asegurar que nadie desconoce el noveno arte tanto como yo.
Mi osadía se sustenta en el latrocinio. Sí, aquí al lado, justo al lado, hay una habitación repleta de cómics, de tebeos, de historietas, de novelas gráficas... de arte secuencial a mansalva... Si furtiva me hago con alguna colección completa de Los Ultimates, o de Ex Machina ¿habrá alguien de darse cuenta?
Me he pasado la infancia entre Fuera Bordas y Mafaldas... en la adolescencia me tragué todo Super López y ahora se despliegan ante mis atónitos ojos miles de páginas orladas de músculos y misterios sin ton ni son.
Así que voy a aprovechar la coyuntura para dejarles acá lo que me depare la sumersión en la apasionante colección de cómics de la habitación de aquí al lado. 

miércoles, diciembre 17, 2008

lunes, diciembre 15, 2008

Crossover 1 de 3



Para empezar mi nueva colaboración con
"El Vertedero en el Sótano" unos cuantos crossovers de esos a los que yo llamo cruzamientos porque lo del inglés me se da fatal. 

Dichos entrelazamientos vienen inspirados por las ganas que tiene El Pedro de salir en la célebres tiras "Quiero una chica de serie B" del aclamado Sarnago.



viernes, diciembre 12, 2008

Me mudo


A partir de ahora colaboraré con el celebérrimo y nunca suficientemente halagado blog "El Vertedero en el Sótano".
Allí podré ser, por fin, Remedios de los Dolores, para servirles a uds.


jueves, diciembre 11, 2008

Por pedir... que no quede.


Habrán oído miles de miles de veces aquello de: Pedid y se os dará.
Así que yo, ni corta ni perezosa, siguiendo al pie de la letra el estribillo, me he vuelto una pedigüeña.
Ya ven, no me corto un pelo en reclamarle a El Pedro cierta prometida tableta gráfica. Y tampoco anduve a la zaga cuando les requerí a mis amistades por mi cumpleaños, entre otras cosas (incluida una minifalda, con sus medias), una caja de rotuladores de colores.
Ambas solicitudes, conste, "para dibujar".
Y es que, no sé por qué, pero me ha dado ahora por dibujar.
Bueno... sí que lo sé. Y uds. también. Con tal de no hacer "lo que tengo que hacer" soy capaz de cualquier cosa.
La cuestión, en definitiva es:
Que El Pedro no me va a regalar la prometida tableta gráfica.
Y que los rotuladores de colores que me regalaron por mi cumpleaños a penas pintan.
¿Habré de ver también en esto alguna señal del Destino?


miércoles, diciembre 10, 2008

martes, diciembre 09, 2008

Para la mejor comprensión del asunto véase:
y
y disfruten de
El Vertedero en el Sótano